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En nuestra visita a Alcalá de Guadaíra podremos ver la importancia que tuvo la actividad artesanal en la economía de la zona, destacando el municipio de Alcalá en donde la industria asociada de la fabricación del pan le otorgó el apelativo de Alcalá “de los panaderos“.
"Su origen hay que remontarlo, al menos al siglo XII , mientras que su crisis se inicia a fines del s.XIX; cuando prácticamente todos los molinos dejan de producir.
En la actualidad este tipo de edificios está totalmente en desuso y algunos han desaparecido.
La necesidad de aportar agua para el consumo a Sevilla movió al califa almohade Abu Yacub Yusuf en 1171 a la realización de una acequia que se alimentaba de los aportes de un manantial nacido en el lugar llamado actualmente de Santa Lucia al sureste del núcleo urbano de Alcalá.
En todo su recorrido se fueron instalando a lo largo del tiempo un nutrido número de molinos, en su primer tramo subterráneo llegó a mover el molino de La Mina y el de Las Eras. En el caso de la Mina se conserva aún bajo la calle del mismo nombre. Pasado el entorno del castillo de Alcalá, unos ramales salían al exterior llegando a mover los molinos del Adufe y del Águila.
Tras la conquista cristiana el valor que se le siguió dando a los molinos fue alto, por cuanto sus rentas eran un recurso económico importante. Este fue el motivo para que Alfonso X diera molinos tanto al Consejo sevillano, como a las Órdenes Militares, a miembros de la familia real, a personas vinculadas a la corte o altas jerarquías eclesiásticas como fue el caso de don Remondo, que a la postre será arzobispo de Sevilla. Por extensión, se conocieron a todos estos molinos del cauce principal del río en Alcalá de Guadaíra con el nombre genérico del Arzobispado".
De la mano del historiador Don Francisco López Pérez visitaremos algunos de ellos
Fuente: “Patrimonio Histórico en el Ámbito Rural de la Cuenca del Río Guadaíra“
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