¿Cómo escribir un guion cinematográfico?
II. La creación de personajes y los diálogos:
https://extension.uned.es/actividad/idactividad/32581
TALLER DE ESCRITURA AUTOBIOGRÁFICA
https://extension.uned.es/actividad/idactividad/34703
27 de octubre de 2023. Entrega del Premio a la Excelencia 2022 de la Fundación AON España y la FEAM. Este premio fue otorgado a nuestra asoc...
Nuestra asociación ganó el Premio Excelencia ODS 2022 por la actividad "El Museo en Pijama"..
Publicaciones de nuestra Asociación.
¿Cómo escribir un guion cinematográfico?
II. La creación de personajes y los diálogos:
https://extension.uned.es/actividad/idactividad/32581
https://extension.uned.es/actividad/idactividad/34703
Estimados compañeros y compañeras:
Es obligado comenzar dando las gracias por este reconocimiento. En anterior ocasión, en Málaga, y con motivo de la concesión del premio Excelencia ODS de la Fundación AON, tuve ya la oportunidad de manifestar el agradecimiento, la satisfacción y hasta el orgullo que este premio supone para la Asociación que represento.
Pero, ahora y sin desmerecer de ninguna forma de la gratitud, que reitero de nuevo y reiteraré siempre, quiero expresar ante todos también otra satisfacción: la de personalmente formar parte de un proyecto, la de ser más compañera y presidente en esta Asociación que tuvo la feliz ocurrencia de poner en marcha “Museo en Pijama”.
Este proyecto y su ejecución tiene ya un largo recorrido, algo más de una década, tiempo en que no sólo se han llevado a cabo las visitas y trabajos a los hospitales hispalenses, sino en el que hemos intentado darlo a conocer a través de diferentes medios como la prensa, la radio, o en nuestra revista. Es evidente que no nos mueve la ostentación simple y vacía, sino el intento de que, con la publicidad, se movilicen muchas conductas y contribuciones a favor de una causa tan benefactora y solidaria. Este premio prestigioso recibido recientemente de la Fundación AON y respaldada por la FEAM, nos ayuda en la línea de informar con más amplitud sobre nuestra actuación.
La mayoría de los participantes en el proyecto son historiadores o estudiantes de historia, y aprovecho esta ocasión para hablar de lashistorias humanas que se encierra en el programa Museo en Pijama.
En ellas hemos destacado, casi siempre y principalmente, a los receptores porque en definitiva han sido y son nuestro objetivo principal, esos pequeños ingresados en los hospitales sevillanos.
Esos han sido los receptores.
Sin embargo, en un justo reconocimiento, a quienes hoy quiero dedicar unas palabras es a los emisores, al grupo humano que ha sido el motor de todo un complicado engranaje: los voluntarios.
La Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Sevilla, asumió en el año 2011 una responsabilidad social y un objetivo: sacar un trozo o fragmento - como diríamos los arqueólogos - de nuestro Museo a la calle. Pero lo que singulariza a esta Asociación de otras con finalidad altruista, es sacar estos trozos escogidos, no a un lugar cualquiera, sino a los hospitales; y también, no para cualquier público, sino para una población infantil alejada de sus óptimas condiciones, enfermos con diferentes patologías, sobre todo en las salas de cirugía o en oncología.
Ése era nuestro destino, y quienes se debían dedicar a ello eran los actores de estas representaciones en los que la ilusión, el sacrificio por enseñar y por ilusionar debían ser cualidades imprescindibles.
Por eso he dicho que creo que ahora debía también hablar de estos emisores, los que han estado y están trabajando: nuestros Voluntarios, aquí sea dicho con mayúscula. Estaba tentada de decir que son los que están en la sombra, pero no, es más preciso, más cierto, decir que su actuación es a la luz, puesto que mantienen una actividad, personal y directa con los enfermos, días y días, en el anonimato del grupo, sí, pero sin que se deba calificar su labor como oculta; los niños necesitan de las imágenes, de la presencia, y la palabra en persona. El compromiso de los voluntarios no es por ello precisamente callado, sino público y presencial.
Son personas que tienen que estar preparadas para impartir docencia, saber de historia y de arqueología, en nuestro caso altratarse de una Asociación de Amigos adscrita a un Museo Arqueológico, conocer bien las piezas que albergan en sus depósitos. Y así, en el grupo o en el trabajo intervienen la dirección del Museo, conservadores, miembros de la Junta Directiva de los Amigos, algunos arqueólogos e historiadores, incluso docentes en determinadas instituciones. Otros recorren kilómetros para colaborar con nosotros, no debiendo olvidarme del Grupo de Gilena.
Con estos fines y estos medios, y con el mucho ánimo, pensábamos que estábamos preparados.
Otra cosa es cuando llegó la realidad, pusimos los pies en los hospitales, y tuvimos que observar todos los cuadros médicos que nos rodeaban, nuestros pequeños enfermos. Es entonces, cuando nos dimos cuenta: no estábamos tan preparados, no teníamos la suficiente formación para afrontarlo, no teníamos preparación previa ni pautas, ni protocolos, pero sobre todo no estábamos preparados psicológicamente.
Ante el cuadro se nos derrumbaban en muchas de las ocasiones nuestro guion docente más teórico: enseñar la Historia a esta población infantil a través de los registros materiales, dar a conocer más y mejor un museo, para que así se aprenda a quererlo y respetarlo.
Sin embargo, enseguida y por fortuna, pudimos darle salida al problema. Nos dimos cuenta que este aprendizaje era un intercambio de conocimientos, porque si es cierto que nosotros actuamos como bálsamo terapéutico en un día determinado, y a una hora concreta donde llegan los esperados arqueólogos al hospital, si los pequeños juegan a ser arqueólogos, nosotros aprendemos y recibimos el premio de valorar la vida, la salud, el tiempo, la paciencia ante el sufrimiento, la alegría de las esperanzas.
Saber sobre nuestros orígenes y la historia de nuestros antepasados es muy importante, está muy bien qué duda cabe, pero quizá lo sea más la lección de vida que nos dan los enfermos, con sus presencias. Y, con sus ausencias. Con esta lección todos hemos aprendido y nosotros hemos superados muchos obstáculos, tanto como hacer viable nuestro proyecto y hacerlo andar durante más de diez años. Si en principio la preparación fue un problema, algo hemos mejorado con este convencimiento de la mutua relación, con este dar y recibir, este cambio generoso de cariños con que ingresamos y del que salimos con el alta de unas sonrisas de niño.
En todo este difícil proceso tenemos que destacar a otros emisores de ayuda imprescindible: los maestros y los enfermeros, sin cuya profesionalidad y consejos para cómo saber actuar en cada circunstancia no podríamos haber llevado a cabo este proyecto. Ellos están a nuestro lado en todo momento y eso nos da cierta confianza para afrontar todas las dificultades que se nos plantean en cada una de las sesiones.
Quiero resaltar también la importancia y el apoyo que supone para cualquier trabajo, insisto, para cualquier trabajo, que un Museo albergue una Asociación de Amigos y que confíe en ella, porque sirve de lazo de unión entre una institución como es un Museo y un público de la calle. Sus asociados son personas con una inquietud intelectual, con interés por aquellos registros patrimoniales que se custodian en un determinado lugar y ello hay que potenciarlo, dar a conocer que un Museo es una institución permanente viva, muy viva.
Pero para ello tiene que haber sintonía, coordinación, comunicación con la dirección del Museo. Un director/a debe conocer quiénes son las personas que muestran interés y ganas de colaborar con su Museo, hacerles partícipes de las necesidades, o de su buen hacer.
Y una Asociación de Amigos, está entre otras cosas para prestarse a aquello que le demande el Museo. En este caso que nos ocupa, ha sido el hacer un importante papel de divulgación del patrimonio arqueológico como así consta en uno de nuestros fines, como asociación según nuestros estatutos.
Creemos, que hemos hecho historia contando la Historia, y que podemos ser referente para otros museos en esta iniciativa concreta. Tras esta historia de nuestra historia, tengo que terminar y decirlo: Muchas gracias, amigos, Amigos del Museo Arqueológico de Sevilla, emisores, voluntarios partícipes de este importante proyecto, por este bien social que estáis, que estamos realizando.
Muchas gracias a la FEAM por su compromiso con las Asociaciones de Amigos tan dispares y tan extendidas por nuestro territorio nacional. Nos sentimos arropados por vuestro buen hacer, sabemos que se nos protege, que se nos tiene muy cerca y que se nos acerca a otros Museos.
Y, finalizo como inicié estas palabras, agradeciendo este premio a la Fundación AON porque nos visualiza, nos motiva y nos da fuerzas para seguir apostando por esta y otras iniciativas que podamos proyectar en un futuro.
Muchas gracias a todos.